Tea

I used to go to the Great Salt Lake a lot as a kid and go on field trips in school when I was at Kearns Junior. I fear for it drying up, and I think we can do something to stop it. I like going over to the lake. I swam in it one time; I didn't know you could swim in it. We're walking up to it, and there's like hundreds of feet of just nothing, you know, and then the water was there. I was like, “Wow, this is drying up. It wasn't like this when I was a kid back then.”

Tea’s family is originally from South Sudan. He was born in Salt Lake City and lived in Glendale and Kearns. Tea has fond memories of going to Great Salt Lake, including swimming at the lake and field trips to Antelope Island. He hopes to one day return to the lake’s waters with his family. 

Tea is currently incarcerated at the Utah State Correctional Facility, which was constructed on top of Great Salt Lake wetlands. The prison has had a notable mosquito problem, which has created health hazards for people incarcerated and workers at the site. Tea has also experienced dust storms from the dried lakebed and says that people avoid going outside on bad air days. This creates various physical and mental health challenges. People incarcerated at the Utah State Correctional Facility experience some of the greatest impacts of the drying Great Salt Lake and ongoing industrialization on the lake’s shores, yet they can’t just pick up and leave if the lake turns into a toxic dust bowl. 

Mosquitoes are crazy. They are everywhere. If you’re outside for not even a second, you're getting attacked by 10 of them and they're just jumping on you. You have to walk to chow —  it's a long walk all the way down there — and that whole stretch you're getting attacked by mosquitoes and can't wear anything over your head. On the walls, you'll see mosquitoes' blood everywhere from people smacking them. It’s disgusting. Sometimes, if there's a lot of them out there, I won't go get food or anything like that.

En español

Cuando era niño, solía ir mucho al Gran Lago Salado y hacer excursiones escolares cuando estaba en la secundaria Kearns. Me preocupa que se esté secando, y creo que podemos hacer algo para evitarlo. Disfruto estar en el lago. Una vez hasta nadé en él, sin saber que se podía. Al acercarnos, había cientos de pies de tierra seca, y luego de repente, estaba el agua. Pensé, 'Wow, se está secando. No era así cuando era niño.

La familia de Tea es originaria de Sudán del Sur. Él nació en Salt Lake City y vivió en Glendale y Kearns. Tea tiene buenos recuerdos de haber ido al Gran Lago Salado cuando era niño, incluyendo nadar en el lago y excursiones a la Isla Antílope. Espera algún día regresar a las aguas del lago con su familia.

Tea se encuentra actualmente encarcelado en el Centro Correccional del Estado de Utah, que fue construido sobre los humedales del Gran Lago Salado. La prisión ha tenido un notable problema de mosquitos, lo que ha creado riesgos para la salud de las personas encarceladas y de los trabajadores del lugar. Tea también ha experimentado tormentas de polvo provenientes del lecho seco del lago y dice que la gente evita salir a la calle en los días con más contaminación en el aire. Esto crea varios desafíos para la salud física y mental. Las personas encarceladas en el Centro Correccional del Estado de Utah experimentan algunos de los mayores impactos de la sequía del Gran Lago Salado y la industrialización en curso en las orillas del lago, pero no pueden simplemente empacar e irse si el lago se convierte en un recipiente de polvo tóxico.

Los mosquitos están locos. Están en todos lados. Si estás afuera ni siquiera por un segundo, 10 de ellos te atacan y simplemente saltan sobre ti. Tienes que caminar para comer (es una caminata larga hasta allí) y durante todo ese tramo te atacan mosquitos y no puedes ponerte nada sobre la cabeza. En las paredes, verás sangre de mosquitos por todas partes ya que la gente los aplasta. Es repugnante. A veces, si hay muchos por ahí, no salgo a buscar comida ni nada por el estilo.